En 1888 fue, en concreto, cuando comenzó a funcionar dicha estación de servicio que era una farmacia, ya que en aquel momento el combustible que usaban los automóviles, como disolventes o incluso quitamanchas, sólo se encontraban a la venta en ese tipo de establecimientos.
Willy Ockel era el propietario de esa originaria estación de servicio, en la que se detuvo Bertha Benz para poder comprar un derivado del petróleo llamado Ligroin con el que poder repostar y continuar el viaje que estaba haciendo en su propio coche con sus hijos. Así fue como nació el concepto de gasolinera.